Luca Prodan: el extranjero que vino a sacudirlo todo

Actualidad Música

El pasado 16 de abril, el diario británico The Guardian publicó una extensa nota sobre Luca Prodan, líder de Sumo y uno de los artistas más inclasificables del rock argentino. Bajo el título “Apparently, he had a fist fight with King Charles: the jawdropping life of Luca Prodan”, el artículo hace foco en su vida al límite, sus contradicciones y su increíble influencia en la escena musical de nuestro país. Una historia que, aunque conocida en Argentina, sorprende y fascina cuando se cuenta desde afuera.

De Londres a Traslasierra: una huida que hizo historia

Luca llegó a Argentina en 1980 escapando de una vida marcada por la heroína, el dolor y el colapso personal. Educado en el elitista Gordonstoun College de Escocia (el mismo donde estudió el entonces príncipe Carlos), su juventud había estado marcada por la rebeldía y el choque con el sistema. Según The Guardian, incluso circula la leyenda de que tuvo una pelea a puños con el futuro rey de Inglaterra. Un detalle que encaja perfectamente en la mitología que lo rodea.

Pero lo que parecía una fuga terminó siendo una revolución musical. En plena dictadura militar, y viviendo primero en las sierras cordobesas, Luca fundó Sumo, una banda que irrumpió con fuerza en una escena que todavía buscaba su identidad post-Malvinas. Letras en inglés, bases de reggae, espíritu punk y una actitud provocadora: Sumo no era como nada que hubiese en ese momento en Argentina.

Una voz nueva para una generación muda

Mientras muchos artistas cantaban en clave poética, Sumo hablaba de la calle, de la ciudad, del absurdo. Luca no venía a agradar, venía a decir lo que pensaba, sin filtro. Y eso generó una conexión inmediata con miles de jóvenes. Como señala el artículo británico, Sumo fue la banda que le dio voz a una juventud que sentía que no tenía ninguna.

Pero su legado va más allá de lo musical. Luca introdujo nuevas formas de pensar el arte, de vivir el arte. Rechazaba la solemnidad, se reía de los ídolos y al mismo tiempo se convertía en uno. Como si todo lo que hacía fuese una especie de performance vital. El caos, la lucidez, la incomodidad, todo era parte de su obra.

Un ícono eterno, entre Evita y Maradona

Murió en 1987, con apenas 34 años, pero sigue vivo en cada remera con su cara, en cada banda que se anima a mezclar sin pedir permiso, en cada joven que descubre su historia y piensa: “¿Quién era este tipo?”. The Guardian lo describe como uno de los grandes íconos de la cultura argentina, mencionado en la misma línea que Maradona y Evita. Un extranjero que entendió algo muy profundo de nosotros, y que nos lo devolvió con música y actitud.

Una película para contar lo que no entra en una nota

La nota también anticipa que se está trabajando en una biopic dirigida por Peter Lanzani, bajo el título Time, Fate, Love, con el objetivo de retratar la vida de Luca para una nueva generación. Si sale bien, puede ser la oportunidad perfecta para volver a hablar de Sumo, de la contracultura y de ese extraño fenómeno que fue Luca Prodan.


Luca vino a escaparse… y terminó quedándose para siempre.
Porque hay artistas que nacen en una ciudad, pero pertenecen al mundo. O, como en su caso, a una esquina ruidosa y desordenada de Buenos Aires, en medio de un pogo y una carcajada.