Un descubrimiento arqueológico en pleno siglo XXI reescribe lo que se sabía sobre las primeras civilizaciones del este europeo. Y todo, gracias a la tecnología.
En el noreste de Rumania, entre los espesos bosques del condado de Neamț, un grupo de arqueólogos acaba de encontrar una fortificación que llevaba más de cinco mil años oculta. El hallazgo se logró gracias a la tecnología LiDAR, una herramienta que permite «ver» el terreno desde el aire y detectar estructuras invisibles a simple vista.
La fortaleza, ubicada en la comuna de Brusturi, fue construida durante la Edad del Bronce temprano, alrededor del 3000 a.C. y ocupa unas 9 hectáreas. Está rodeada por murallas y terraplenes de tierra apisonada, posiblemente reforzados con madera, lo que indica una función defensiva clara y una gran capacidad organizativa por parte de las comunidades que la construyeron.
La tecnología que ve a través del bosque
El LiDAR (Light Detection and Ranging) es una técnica que lanza pulsos láser desde un dron o avión. Al rebotar en la superficie terrestre, esos pulsos permiten crear un mapa 3D del terreno, eliminando digitalmente la vegetación. Así fue como el equipo liderado por el arqueólogo Vasile Diaconu logró identificar una figura ovalada que no podía ser obra de la naturaleza.
Después del análisis digital, el equipo inspeccionó el lugar a pie y confirmó que se trataba de una estructura prehistórica. Lo más sorprendente es que este tipo de fortificaciones son extremadamente raras en el norte de Rumania, una región difícil de explorar por su geografía montañosa y cubierta de árboles.
¿Fortaleza, centro ritual o algo más?
Aunque todavía no se excavó a fondo el sitio, ya se barajan varias hipótesis sobre su función: podría haber sido una fortaleza, un centro comunitario, un depósito o incluso un espacio ceremonial. Lo cierto es que su tamaño, orientación y disposición sugieren que no se trataba solo de un refugio improvisado.
Las próximas investigaciones —que combinarán excavaciones selectivas con análisis no invasivos— van a ayudar a entender mejor para qué se usaba y cómo vivían las personas que lo construyeron.
Una región llena de misterios por descubrir
Este no es un caso aislado. En los últimos años, el uso de LiDAR permitió detectar varias estructuras antiguas en los Cárpatos orientales. El hallazgo de Neamț confirma que esta región no era solo un área de paso o de cultivo, sino un espacio donde se desarrollaban comunidades complejas con conocimientos técnicos y capacidad de planificación.
El equipo liderado por Diaconu ya está trabajando con las autoridades locales para preservar el sitio y evitar daños, tanto naturales como humanos. Aunque el lugar aún está alejado de zonas urbanas, la difusión del descubrimiento podría atraer a visitantes o cazadores de tesoros.
Cuando la tecnología cambia la historia
Este hallazgo no solo es una joya para la arqueología, sino también una prueba de cómo las herramientas del siglo XXI pueden ayudarnos a comprender mejor nuestro pasado. Redescubrir una fortaleza de 5000 años en pleno 2024 parece de película, pero está ocurriendo ahora, en un bosque de Rumania.
Y quizás, lo más fascinante, es que todavía queda mucho por descubrir.