La conexión entre el músico Luis Alberto Spinetta y el ex tenista Modesto «Tito» Vázquez se forjó en Nueva York, en 1979, gracias a la mediación de Guillermo Vilas. A lo largo de los años, esa amistad se consolidó a través de varias colaboraciones, entre ellas, la famosa canción «2 de enero», una de las más sensibles de Spinetta y Los Socios del Desierto, incluida en el álbum homónimo de 1997.
El 2 de enero es una fecha cargada de múltiples significados en la historia argentina: desde eventos políticos hasta deportivos, y también un referente cultural en el ámbito musical gracias a la letra de esta canción. Sin embargo, lo que muchos no saben es que, aunque la canción pertenece a uno de los discos más emblemáticos de Spinetta, la letra no fue escrita por él, sino que es una adaptación de un poema escrito por Vázquez, quien se distanciaba del estereotipo de tenista para sumergirse en las pasiones literarias y musicales de su época, admirando a autores como Allen Ginsberg y músicos como Bob Dylan.
La historia de su colaboración con Spinetta comenzó en el marco de un momento especial en la carrera del Flaco. En 1979, Spinetta buscaba introducirse en el mercado estadounidense con su álbum Only Love Can Sustain, y fue en ese contexto cuando conoció a Vázquez. Aunque el disco no tuvo el éxito esperado, la relación entre ambos se fortaleció, y Spinetta le pidió a Vázquez que contribuyera a su música. El resultado fue la letra de «2 de enero», escrita en 1995.
La canción, una de las más icónicas de Spinetta y Los Socios del Desierto, refleja la delicadeza y la profundidad lírica de Vázquez, quien confesó en una entrevista cómo el gesto de Spinetta lo conmovió, al considerar al músico no solo como un genio, sino como un poeta en el sentido más profundo de la palabra. La canción misma, con versos como «Y a pesar de las palabras, tu silencio es más profundo y más atroz», presenta una metáfora de una relación amorosa y sexual, a la vez que subraya el carácter poético de su autor.
A lo largo de su vida, ambos compartieron no solo su amor por la música y la literatura, sino también su pasión por River Plate. En 2005, Spinetta dedicó el prólogo de uno de los libros de poesía de Vázquez, El fin es aún, lo que reflejaba la amistad y respeto mutuo entre ellos.
Tras la muerte de Spinetta en 2012, Vázquez expresó su dolor a través del poema «El Flaco», donde se despedía de su amigo con la evocación poética que los unió en vida, destacando la inmortalidad del legado de Spinetta a través de su música y su poesía.
«2 de enero» sigue siendo un testimonio de la sensibilidad artística que surgió de esta especial conexión entre dos mundos aparentemente distintos: el del deporte y el de la música, pero unidos por una profunda admiración mutua y un sentido de la poesía que trasciende fronteras.