La Cámara de Apelaciones de Río Gallegos ratificó la sentencia que declaró “indignos” y excluyó de la herencia a José Maximiliano y Luis Gabriel, hijos de Vicente Agustín Maillo, el comerciante asesinado en 2017 en su vivienda de la capital santacruceña.
El juez subrogante Nelson Sánchez rechazó el recurso presentado por la defensa de los hermanos y confirmó el fallo del juez civil Francisco Marinkovic, que el año pasado había hecho lugar a la demanda iniciada por los familiares directos de Maillo.
La decisión se suma a la causa penal que ya había condenado a prisión perpetua a Claudia Susana Reina —pareja de Maillo y madre de los hijos—, a José y Luis, y a Christian Etchebarne, el sicario contratado desde Buenos Aires. La Justicia determinó que el crimen tuvo como móvil un interés económico: Maillo planeaba separarse de Reina y había apartado a José de la administración de sus negocios, “Bazar Doña Ana” y “Casa Maillo”, tras detectar irregularidades.
De acuerdo con la investigación, el asesinato fue planificado por los acusados y ejecutado el 16 de noviembre de 2017, cuando Etchebarne atacó a la víctima con un arma blanca mientras dormía.
Con este fallo, los hermanos Petra Orfelia, Ana Gloria y Ernesto Pablo Maillo —representados por los abogados Erica Schupbach y Lucio De la Vega— lograron que la Justicia confirme la exclusión de los hijastros de la sucesión familiar.
La defensa de los condenados aún puede recurrir al Tribunal Superior de Justicia en Casación, aunque las posibilidades de revertir la decisión son escasas debido a la solidez de las resoluciones previas.
El caso Maillo: un crimen por la herencia
Vicente Maillo fue asesinado el 16 de noviembre de 2017 en su casa de Río Gallegos. En un primer momento, su familia denunció un supuesto asalto tipo “entradera” y hasta difundieron en redes sociales mensajes de duelo y detalles del sepelio. Sin embargo, la investigación reveló otra historia.
Según la Justicia, detrás del crimen había un plan económico: una fortuna cercana a los 17 millones de pesos que Maillo pensaba repartir con otros familiares. La codicia unió a sus hijastros José Maximiliano y Luis Gabriel, a su esposa Claudia Susana Reina y a su suegra, María del Carmen Espiritoso, de 83 años.
El grupo contrató a un sicario, simuló un robo e intentó encubrir el asesinato. La autopsia mostró que Maillo había sido sedado antes de recibir cuatro puñaladas en el pecho y una en el cuello. Las cámaras de seguridad y los mensajes de celular terminaron de derribar la coartada: se veía a Reina entrando a la vivienda junto con el asesino.
Finalmente, Espiritoso se quebró y confesó haber sido la autora intelectual del crimen. Desde entonces, todos los involucrados fueron detenidos y condenados, cerrando uno de los casos policiales más impactantes de la provincia.
