La Legislatura de Santa Cruz aprobó por unanimidad una ley que establece una barrera zoo-fitosanitaria provincial, como respuesta directa a la polémica decisión del SENASA de flexibilizar el histórico control del Río Colorado y permitir el ingreso de carne con hueso a la Patagonia, una región libre de fiebre aftosa sin vacunación.
La iniciativa, impulsada por el diputado Mario Piero Boffi, otorga al Poder Ejecutivo provincial un marco legal para implementar controles fitosanitarios estrictos en los accesos a Santa Cruz, con el objetivo de preservar el estatus sanitario y ambiental del territorio. La ley faculta a la autoridad de aplicación a impedir el ingreso de productos agropecuarios que no cumplan con los estándares sanitarios locales y permite la instalación de puestos de control permanentes o móviles, tanto en rutas como en puertos y aeropuertos, en coordinación con fuerzas de seguridad y aduaneras.
Una vez promulgada, el Ejecutivo tendrá 30 días para reglamentarla, lo que activará formalmente el nuevo sistema de defensa sanitaria provincial.
Una respuesta regional al avance del SENASA
La reacción de Santa Cruz se suma a otras acciones que ya están en marcha en la región. Productores de Río Negro presentaron recursos judiciales, mientras que los gobernadores patagónicos convocaron a una reunión clave este viernes en Gobernador Costa (Chubut) para definir una estrategia común frente a la medida nacional.
El conflicto se originó tras la decisión del SENASA de habilitar el ingreso de carne vacuna con huesos planos desde zonas donde aún se vacuna contra la fiebre aftosa, una práctica incompatible con el estatus patagónico actual. Aunque la medida original fue suspendida hasta mediados de agosto, una nueva resolución ya permite la entrada de ciertos cortes, lo que encendió las alarmas entre productores e industriales del sur.
“El ingreso de carne proveniente de zonas con vacunación puede poner en riesgo el posicionamiento que logramos construir durante décadas”, advirtió Javier de Urquiza, presidente del Consejo Agrario Provincial. “Hablamos de mercados como la Unión Europea, Japón o Australia, donde cualquier alteración sanitaria puede significar una pérdida millonaria para la producción ovina regional”.
Preocupación por el impacto en la economía regional
En Santa Cruz se encuentran los principales frigoríficos de carne ovina del país, por lo que la preservación del estatus sanitario no solo es una cuestión de salud animal, sino también un factor clave para la economía exportadora. Desde el Gobierno provincial, referentes como la funcionaria Mariana Ricci destacaron la necesidad de articular acciones con el sector privado para promover las presentaciones judiciales necesarias.
“Si bien el Estado no puede presentar un amparo directo, estamos trabajando para coordinar una estrategia común con productores, frigoríficos y asociaciones que les permita accionar legalmente. La sinergia entre lo público y lo privado es esencial para defender los intereses de la región”, afirmó Ricci.
Además, se exigió al Gobierno Nacional que comparta oficialmente las respuestas de organismos internacionales, como la Unión Europea o Chile, para conocer el impacto real de esta flexibilización en los mercados de exportación. “Hasta ahora no hemos recibido ninguna documentación que lo confirme, y eso genera una enorme incertidumbre”, advirtió la funcionaria.
Un reclamo que une a toda la Patagonia
Las provincias patagónicas expresaron su preocupación por el riesgo que esta medida representa para un estatus sanitario que llevó décadas construir. A través de un comunicado conjunto, subrayaron que el levantamiento de las restricciones podría afectar negativamente la competitividad internacional del sur argentino.
Mientras tanto, los frigoríficos del centro y norte del país respaldan la medida, ya que les permitiría expandir su mercado hacia la Patagonia. Para los productores locales, sin embargo, esto podría ser el principio de una desventaja comercial estructural.
“Nunca hubo diálogo con los funcionarios nacionales”, lamentó Roberto Gutiérrez, de la Sociedad Rural de Conesa, en Río Negro. “Esta medida beneficia a grandes supermercados y frigoríficos exportadores, pero perjudica directamente a los productores del sur”.
La pulseada continúa y promete escalar en los próximos días, mientras la Patagonia se organiza para defender uno de sus mayores logros sanitarios y productivos: su identidad como región libre de aftosa sin vacunación.