Un show solidario, 30 mil personas y una recaudación histórica que irá directo a los hospitales de Bahía Blanca. La banda de Mataderos volvió a demostrar que su poder de convocatoria no solo sirve para llenar estadios, sino también para movilizar voluntades en momentos críticos. El recital, que se realizó el pasado sábado en la explanada del Estadio Único Diego Armando Maradona de La Plata, reunió a fanáticos de todo el país en un nuevo “banquete”, esta vez con un fuerte propósito solidario.
La banda liderada por Gustavo “Chizzo” Nápoli recaudó más de 1.300 millones de pesos, que fueron destinados íntegramente al Hospital de Agudos Dr. Leónidas Lucero de Bahía Blanca, ciudad fuertemente afectada por las inundaciones en las últimas semanas.
“Esto va para los hospitales. ¡Acá está el pueblo argentino, carajo, poniendo el hombro! Si no fuera por ustedes, ¿qué pasaría?”, gritó Chizzo desde el escenario, en un discurso cargado de emoción y mensaje político. “Acá están los verdaderos leones”, agregó antes de tocar una versión potente de Panic Show, canción que en su momento fue usada por el presidente Javier Milei durante la campaña, algo que la banda siempre repudió.
Un acto de rock y resistencia
Más allá del show, el gesto solidario no pasó desapercibido: el intendente de La Plata, Julio Alak, distinguió a los integrantes de La Renga como “visitantes ilustres” por su compromiso con las causas sociales y su trayectoria en favor de los sectores más vulnerables.
El recital también fue transmitido en vivo por YouTube, donde miles de personas pudieron seguir el show y realizar donaciones. La transmisión superó las 200 mil visualizaciones, ampliando el alcance solidario más allá de los límites del estadio.
Una comunidad movilizada
La producción del evento agradeció públicamente a todos los que colaboraron para que el recital fuera posible, desde organizaciones como Cruz Roja y Media Pila hasta empresas de sonido, seguridad y servicios. Y por supuesto, a “los mismos de siempre”: sus seguidores, fieles e incondicionales.
Este banquete no fue solo música. Fue un mensaje claro sobre el rol del arte y la cultura cuando el Estado no alcanza, un recordatorio del poder colectivo que habita en cada riff, en cada pogo y en cada entrada vendida para ayudar.