Cruz del Eje, cuna del fernet con Coca: entre leyendas, boticarios y costumbres bien nuestras

Actualidad Historia

Hay invenciones que nacen de laboratorios, fórmulas bien calculadas, marketing y proyecciones globales. Y hay otras que emergen de la barra de un bar, del gusto popular y de la mezcla fortuita que termina haciendo historia. El fernet con Coca, tal vez el trago más emblemático de la argentinidad moderna, pertenece a este segundo grupo. Y su cuna, según coinciden crónicas, testigos y hasta la BBC, está en la ciudad cordobesa de Cruz del Eje.

El Negro, el bar y la Coca

Cuenta la leyenda —cada vez menos leyenda y más relato histórico— que allá por fines de los años 60, un músico local apodado “El Negro” Becerra recibió una recomendación médica: dejar la ginebra, su trago habitual. En su lugar, le sugirieron probar con algo un poco más “liviano”: el fernet. Becerra, baterista de la banda The Twisters Boys (donde cantaba un joven Jairo), comenzó a tomarlo con soda. Pero el gusto no lo convencía.

Fue entonces, en una noche cualquiera en el bar “El Chuscha”, que decidió mezclarlo con Coca-Cola. Así, sin hielo, con la gaseosa bien fría. El experimento gustó, y ese gusto se expandió. Tanto, que cruzó décadas y provincias hasta volverse rito nacional.

El dueño del bar, Ramón Romero, recuerda con precisión los detalles de aquella combinación inaugural. Incluso Cacho Buenaventura, humorista y otro símbolo de Cruz del Eje, respalda la historia. “Es un reunidor”, define al trago, que desde entonces se volvió infaltable en asados, fiestas y hasta en la previa más improvisada.

De Milán a Córdoba: una historia con doble origen

Claro que el fernet no nació en Argentina. Su historia arranca en Milán, Italia, en 1845, cuando el boticario Bernardino Branca creó una bebida amarga a base de hierbas con fines medicinales. En aquellos tiempos, se utilizaba para aliviar cólicos, hacer digestión y, en algunos casos, hasta como purgante. El nombre de la bebida —“Fernet”— sería, según versiones, un homenaje a su ayudante de apellido Fernet, aunque otras teorías apuntan a un término que refiere al uso de un fierro caliente en la mezcla de hierbas (“ferro neto”).

La fórmula exacta del fernet Branca es un secreto bien guardado que atraviesa generaciones. Se sabe que contiene entre 30 y 40 hierbas, flores, raíces, frutas y cortezas de distintos lugares del mundo: manzanilla, quina, tamarindo, cardamomo, regaliz, zarzaparrilla, canela, laurel, ciruela, ruibarbo y menta, por nombrar apenas algunas. Cada ingrediente se trata por separado y su principio activo se extrae con un método único. Luego, la mezcla madura durante 12 meses en toneles de roble de Eslavonia, una región al este de Croacia. Solo entonces el fernet está listo para ser embotellado.

Argentina: la tierra prometida del fernet

La llegada de Branca a Argentina fue temprana. Ya en 1860 se importaban los primeros extractos, y para 1941 la marca se estableció oficialmente con una planta en Parque Patricios. Con el tiempo, el fernet Branca se volvió prácticamente argentino: hoy somos el país que más lo consume en el mundo, y la fábrica local en Tortuguitas es la única fuera de Milán.

Pero el salto definitivo al corazón popular se dio con la mezcla con Coca-Cola. Y en eso, Cruz del Eje puede reclamar legítimamente la paternidad. Incluso Jairo, durante una Fiesta del Olivo, invitó a Becerra a tocar con él y lo presentó como el inventor del fernet con Coca.

¿El secreto de su éxito?

Hay quienes dicen que el fernet con Coca es una rareza inexplicable. Que hay que “aprender a quererlo”, como pasa con ciertas personas. Su sabor amargo, denso, cargado de matices herbales, es casi lo opuesto al dulzor burbujeante de la gaseosa. Y sin embargo, esa contradicción es parte de su encanto.

Martín Olivera, Brand Ambassador de Branca en Argentina, lo resume así: “Por más que se sepan los ingredientes, es imposible de imitar. Cada hierba se trata de manera distinta. Y todo reposa durante un año entero hasta alcanzar el equilibrio”.

El trago estrella se sirve en proporción 70%-30%, bien frío, con bastante hielo. Aunque hay quienes lo prefieren “coronado” (un chorrito de fernet al final para cortar la espuma) o incluso mitad y mitad, para valientes.

Pero más allá de las proporciones, el fernet con Coca es una expresión cultural. No es solo una bebida, es una excusa para juntarse, un símbolo de pertenencia. Tal vez por eso nos gusta tanto: no por lo que sabe, sino por lo que representa.

Y como toda tradición popular, su origen no está en las oficinas de marketing, sino en la barra de un bar, en la idea de un músico cordobés que un día se atrevió a mezclar.