Carlos Kaschewski lleva tres décadas dedicado a la agricultura en Gobernador Gregores, mientras que su esposa Irma se destaca en la elaboración de deliciosas mermeladas que tienen gran demanda, no solo de la provincia sino de todo el país.
Después de años de arduo trabajo y esfuerzo, Carlos finalmente logró adquirir su propio terreno en el próspero valle de Gobernador Gregores, conocido localmente como ‘Isla Fea’. A pesar de los desafíos inherentes a la tierra, Carlos ha convertido su chacra, bautizada como ‘Chacra Don Karlos’, en un oasis de cultivo. Especializándose principalmente en la producción de ajo, su cosecha también abarca una variedad de vegetales y hortalizas.
Irma, junto con Carlos, ha llevado una vida laboriosa. Aprovechando su tiempo libre, ha incursionado en la elaboración de mermeladas caseras, inicialmente para uso familiar y luego para venta local. Lo que comenzó como una actividad de pasatiempo se convirtió en un negocio próspero con el tiempo, bajo la marca «Konkashken», que en lengua Tehuelche significa «Valle del río».
La pareja ha diversificado su gama de productos, incluyendo una variedad de sabores de mermeladas y jaleas, todos elaborados de forma natural, sin aditivos ni conservantes. La temporada alta de producción, que va de diciembre a mayo, ve a la pareja ocupada transformando las frutas frescas en miles de frascos de dulces que luego distribuyen en diversos mercados locales.
A medida que reflexiona sobre su vida y el trabajo duro que han invertido en sus emprendimientos, Carlos comparte historias familiares que abarcan generaciones, recordando los sacrificios y la determinación que han caracterizado su trayectoria. Desde los inicios de su abuelo en Chile hasta sus propias experiencias en la agricultura, la historia de la familia Kaschewski es un testimonio del espíritu emprendedor y la resistencia en la Patagonia.
Han sido invitados de diversas ferias como Caminos y Sabores, o como representantes de la provincia en ferias gastronómicas nacionales y de turismo. Fueron exponentes permanentes en todas las ediciones de Sabores Santacruceños, feria de productores, artesanos y artistas.
Ahora, con el éxito de su negocio de dulces, Carlos y Irma esperan disfrutar de un merecido descanso y la oportunidad de explorar nuevos horizontes, marcando así un nuevo capítulo en su vida después de décadas de trabajo arduo en la tierra patagónica.
Fuente: Bichos de Campo