El contexto es el período posterior a la pandemia y la razón es la gira de presentación de «Alejado de la red» (2022), el último álbum de la banda, cumpliendo así un antiguo deseo de realizar la gira en motocicletas. Para esto, contaron con el respaldo de cinco talleres de personalización de motos y amigos que actuaron como anfitriones en los diversos puntos de una travesía que recuerda al icónico proyecto «De Ushuaia a La Quiaca» de León Gieco y Gustavo Santaolalla en los años 80.
«No es que tengamos un guion definido, pero sí una narrativa. Será una película muy visual y musical, donde se entrelazan las imágenes del viaje con las de los conciertos, creando una experiencia como estar inmerso en una mezcla de conciencia», compartió Gustavo Chizzo Nápoli con Sebastián Ramos hace poco más de un año en una entrevista para ROLLING STONE. «Totalmente Poseídos» marca el debut del guitarrista y cantante como director de cine, colaborando con Diego «Cholo» Stokelj. Esta amalgama de conciencia parece reflejar el viaje mental y personal a lo largo de miles de kilómetros en la carretera. Es un exilio psíquico, un retiro espiritual, donde el ruido de los motores es la banda sonora y la diversidad de paisajes es la fuente de inspiración.
«Nos sentimos hechizados. Es hora de desconectar y dejarnos llevar por el viento. Aquí vamos, regresando a donde nacieron esas canciones. No hay tiempo que perder. Ya no hay marcha atrás. El viaje comenzó hace tiempo. Solo necesitamos un mundo para dar la vuelta», dice Chizzo en una de las pocas intervenciones en off que hace para acompañar el relato visual. Este relato sigue el curso de los paisajes, así como las costumbres y tradiciones de cada región. Por ejemplo, «Vamos a masticar un poco de coca para soportar la altitud», dice en medio de un paisaje andino.
Los músicos se integran con los paisajes, majestuosos y monumentales, capturados desde el aire con drones que registran el paso de una caravana de motocicletas, una suerte de Hell’s Angels amistosos de Mataderos.
Y por supuesto, está la música. Las canciones de rock, el maldito rock, suenan. Se muestran en diferentes banquetes, lo que permite no solo apreciar la potencia arrolladora del grupo en el escenario, sino también los detalles de la escenografía, la elaborada puesta en escena que realizan en cada presentación y la increíble energía de los fanáticos. Pero también están las improvisaciones, a veces con tintes folclóricos y andinos (Manu Varela cambia el saxofón por una flauta de madera), otras veces con el característico sonido rockero, pero con un telón de fondo diferente al de un estudio de grabación o una sala de ensayo: a la orilla del río, con la naturaleza como fuente de inspiración. También hay conciertos improvisados en una terraza. Se incluyen canciones inéditas especialmente compuestas para la película («Buena ruta, hermano», «Ese lugar de ninguna parte» y «En la banquina de algún lado»), canciones de «Atrapado en la red» y clásicos que seguramente serán coreados por los fanáticos desde sus asientos. Como un amuleto y una ofrenda, la banda recibe el casco que perteneció a la Abuela Nelly, la motociclista nonagenaria que falleció en 2020 y que se convirtió en una especie de ángel protector para los motociclistas en las carreteras argentinas, inspiración para «Motoralmaisangre», originalmente publicada en «La esquina del infinito» (2000). Su espíritu impregna toda la película, que contiene varios mensajes profundos detrás del rugido de los motores y la épica del rock & roll.