El reconocido músico y productor Gustavo Santaolalla, galardonado con dos premios Óscar, vuelve a Argentina en un momento de reflexión personal y social, lanzando el documental Norita, que narra la historia de Nora Cortiñas, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo. Santaolalla, quien compuso la banda sonora y produjo la película, no oculta su preocupación por el rumbo del país y su situación actual en el contexto mundial. “Argentina es un laboratorio; somos conejillos de Indias. Es como si quisieran ver hasta dónde aguantamos”, expresó el músico, destacando su descontento con la narrativa de progreso que observa en los medios internacionales, mientras considera que “nos están deshumanizando”.
Norita, dirigida por Jayson McNamara y Andrea Tortonese, es más que una obra biográfica para Santaolalla; representa una reflexión sobre la memoria, el dolor y la resistencia. “La película es absolutamente necesaria hoy en día, porque recuerda lo esencial: la memoria. Nos devuelve a lo humano en una época en la que la insensibilidad y el desprecio por el otro parecen dominar el mundo”, comentó. La figura de Nora Cortiñas —quien transformó el dolor por la desaparición de su hijo en una lucha comprometida por los derechos humanos— sigue siendo una luz de resistencia y dignidad. Para Santaolalla, ella es “un verdadero superhéroe, alguien que irradia luz, presencia y humanidad”.
Durante su reciente gira, el músico no solo exploró su legado musical, sino que también descubrió nuevas audiencias atraídas por su obra, especialmente gracias a la banda sonora de The Last of Us, que ha conquistado al público joven. En su recorrido, el artista llenó salas en ciudades como Estambul y Dubai, compartiendo su música con públicos eclécticos. “En mis conciertos busco generar una atmósfera única, invitando al público a desconectarse de lo inmediato y conectarse con su interior”, dijo. En Londres, figuras como el cineasta Alejandro González Iñárritu estuvieron presentes para celebrar su arte.
Además, Santaolalla se adentra en el ámbito audiovisual con proyectos como la versión hispana de Drácula de 1931 y la anticipada segunda temporada de The Last of Us, continuando una carrera que lo mantiene a la vanguardia de la música y el cine. Sin embargo, su compromiso con la memoria y la lucha por los derechos humanos, encarnada en Norita, representa, para él, el verdadero poder del arte: “El arte es lo que nos salva, lo que nos permite seguir siendo humanos en un mundo que cada día se torna más oscuro”.