El fútbol argentino está de luto por la partida de César Luis Menotti, conocido como «El Flaco». A los 85 años, Menotti, quien fuera director técnico de la selección argentina campeona del mundo en 1978 y Director de Selecciones en el exitoso proceso que culminó con el título en Qatar 2022 bajo Lionel Scaloni, dejó un legado imborrable tanto por su estilo y filosofía como por su contribución a las mejores épocas del combinado nacional.
Menotti marcó un hito en la historia del fútbol argentino al guiar al equipo nacional hacia su primer título mundial en 1978, en un proceso caracterizado por su visión a largo plazo en medio de tiempos tumultuosos en el país y en la AFA. Su legado incluye también el forjar uno de los mejores equipos de la historia con el Huracán del ’73, así como su influencia en la formación de jugadores y en la disputa de ideas futbolísticas.
Nacido el 22 de octubre de 1938 en Rosario, Menotti se destacó desde temprana edad en el deporte, influenciado por su padre Antonio, un gran boxeador y aficionado al fútbol. Su trayectoria estuvo marcada por sus convicciones políticas y artísticas, así como por su pasión por el juego limpio y el desarrollo del talento.
Menotti combinaba su habilidad en el terreno de juego con una fuerte personalidad y un profundo compromiso con sus ideales. Su carrera como futbolista lo llevó por varios clubes, tanto en Argentina como en el extranjero, pero fue su labor como entrenador donde dejó una huella indeleble en la historia del deporte.
Su estilo de juego ofensivo y su enfoque en el desarrollo integral de los jugadores lo convirtieron en una figura influyente en el mundo del fútbol. A lo largo de los años, Menotti demostró ser un líder apasionado y visionario, capaz de inspirar a generaciones de futbolistas y entrenadores.
A pesar de su retiro de la dirección técnica y su distanciamiento del mundo del fútbol profesional en años recientes, Menotti continuó siendo una voz respetada y admirada en el deporte, siempre fiel a sus principios y convicciones.
Cuando le pidieron que se definiera como DT, admitió ser “ansioso pero tengo muchas convicciones y el sentimiento no me saca de contexto y además, mi respeto por el fútbol es demasiado grande para mostrar tristeza por el no resultado o una alegría que sea agresiva con el otro. Una vez, como DT de Huracán, le metimos 4-0 a Central y me retiré cinco minutos antes. Le ganamos 0-1 con Independiente al Boca de Bilardo y no grité el gol”.
Estuvo sin dirigir durante muchos años por no estar casi nunca de acuerdo con el sistema y sin deseos de emigrar para estar en contacto con sus nietos, Menotti nunca se dio por vencido: “Yo no me retiro nunca. Sólo la muerte te puede retirar”.
La partida de César Luis Menotti deja un vacío irreemplazable en el corazón del fútbol argentino, pero su legado perdurará en la memoria de todos aquellos que aman este hermoso juego. Que descanse en paz, «Flaco», y que su espíritu siga inspirando a futuras generaciones de jugadores y entrenadores.