El 24 de septiembre de 1928 nacía en la Ciudad de Buenos Aires un nuevo medio de transporte: el colectivo y, por ende su chofer, el colectivero.
En medio de una crisis de pasajeros, siete taxistas se reunieron en un bar ubicado en Rivadavia y Lacarra para analizar que podían hacer para revertir la situación. Al grupo se le ocurrió una idea innovadora, comenzar a hacer viajes «colectivos» con varios pasajeros para reducir costos. Desde ese mismo café comenzaron los primeros viajes.
Inicialmente se iba hasta destinos como Plaza de Mayo, Plaza Once o Flores pero rápidamente comenzaron a surgir nuevos recorridos muchos más extensos y en diferentes partes del país
A los primeros colectivos, que eran simplemente autos con más de un pasajero, se le fueron haciendo modificaciones como colores diferenciales de los taxis y carteles con los destinos. Luego, se cambió por completo su estructura para aumentar la cantidad de pasajeros llegando a los colectivos que conocemos hoy en día.