La policía de Indonesia detuvo a siete personas que planeaban un atentado contra el papa Francisco durante su visita al país. Las autoridades sospechan que los arrestados tienen vínculos con grupos de terrorismo internacional.
Los sospechosos fueron capturados entre el 2 y el 3 de septiembre y, según los informes, tenían la intención de atacar al Sumo Pontífice utilizando flechas y drones. El papa Francisco, tras su estadía en Indonesia, ya se encuentra en Papúa Nueva Guinea, el segundo destino de su gira por cuatro países, que lo llevará a recorrer un total de 33,000 kilómetros.
La unidad antiterrorista Densus-88 informó que los arrestos se llevaron a cabo en las ciudades de Bogor y Bekasi, cercanas a Yakarta, la capital de Indonesia. Durante los operativos, las autoridades confiscaron arcos, flechas, un dron y propaganda del Estado Islámico, lo que refuerza la hipótesis de que los detenidos están relacionados con organizaciones terroristas internacionales.
Aswin Siregar, portavoz de Densus-88, explicó que la investigación sigue en curso para determinar si los siete detenidos actuaban en conjunto o de manera independiente. «Aún no se ha establecido si los sospechosos se conocían entre sí», agregó Siregar.
El papa Francisco estuvo en Indonesia, el país con la mayor población musulmana del mundo, del 3 al 6 de septiembre. Su gira busca promover la paz y la unidad religiosa entre las diferentes confesiones.
El Papa en Papúa Nueva Guinea
El 6 de septiembre, el papa Francisco aterrizó en Puerto Moresby, capital de Papúa Nueva Guinea, su segundo destino en la gira de 12 días por la región Asia-Pacífico, la más extensa de su pontificado. Durante su estadía, tiene previsto reunirse con obispos, niños en situación de calle y celebrar una misa ante decenas de miles de fieles.
Esta es la tercera vez que un Papa visita este país de 12 millones de habitantes, mayoritariamente cristianos. Francisco permanecerá allí hasta el 8 de septiembre, cuando partirá hacia Timor Oriental.
Papúa Nueva Guinea es uno de los estados más empobrecidos e inestables del Pacífico, afectado por frecuentes episodios de violencia tribal. A principios de este año, protestas antigubernamentales por la reducción de salarios desencadenaron disturbios mortales.
Miles de personas llegaron a la capital para recibir al líder de la Iglesia Católica. Entre ellos, un grupo de 43 peregrinos caminó más de 200 kilómetros desde Morobe, cruzando la selva y la peligrosa cordillera central para participar del evento, según la Conferencia Episcopal de Papúa Nueva Guinea.
Algunos fieles, como Sophie Balbal, tuvieron viajes menos arduos pero igualmente significativos. Proveniente de la isla de Nueva Bretaña, en el noreste del país, Balbal fue elegida por un grupo de madres para representarlas. “Es la primera vez que tomo un avión y vengo a Puerto Moresby. Sea cual sea el mensaje del Papa, me aseguraré de transmitirlo a todas las madres de nuestra parroquia”, expresó emocionada.
Un desafío físico para el Papa
No es la primera vez que el papa Francisco visita países de mayoría musulmana. Anteriormente, ha estado en Irak, Baréin, Turquía y Marruecos. En 2019, firmó en Abu Dabi un documento sobre la fraternidad humana junto al gran imán de la Universidad Al Azhar.
Este viaje representa su gira número 45 al exterior y será uno de los más desafiantes. Originalmente planeada para 2020, tuvo que ser pospuesta debido a la pandemia.
A sus 87 años, el papa Francisco ha enfrentado problemas de salud, incluidas una cirugía abdominal importante en 2023 y varias infecciones respiratorias. Su movilidad está limitada, por lo que usa una silla de ruedas o un bastón, lo que convierte este recorrido de 33,000 kilómetros en un gran esfuerzo físico.
A pesar de las dificultades, el Vaticano informó que el Papa contará con el mismo equipo médico que lo ha acompañado en otros viajes, compuesto por un médico y dos enfermeras, mientras cumple con una agenda que incluye 16 discursos, siete vuelos y hasta ocho horas de diferencia horaria.
