Hace siete décadas, un grupo de música country, una grabación accidentada y la ayuda inesperada de un niño melómano marcaron el inicio de una era que revolucionaría la música y la cultura: la era del rock.
Antes de alcanzar la fama como Bill Haley and His Comets, la banda era conocida como Saddlemen y se dedicaba a otros géneros musicales. Sin embargo, un productor visionario sugirió un cambio de nombre que sería crucial para su futuro.
El tema que los catapultaría a la cima fue «Rock Around The Clock», una canción que se convertiría en un hito fundacional del rock. A pesar de múltiples obstáculos y una grabación desastrosa, esta canción se convirtió en un éxito mundial, marcando el comienzo de una nueva era musical.
El lanzamiento de «Rock Around The Clock» no solo fue un éxito comercial, sino que también simbolizó un cambio generacional y cultural. Jóvenes de todo el mundo encontraron en el rock una forma única de expresarse, diferente a todo lo que habían escuchado antes.
Aunque al principio la canción no causó un impacto inmediato, todo cambió cuando un niño melómano llamado Peter Ford descubrió el lado B del disco y recomendó la canción a su padre, el famoso actor Glenn Ford. Esta sugerencia llevó a que «Rock Around The Clock» fuera incluida en la banda sonora de la icónica película «Semilla de Maldad», convirtiéndose así en un himno para toda una generación.
Después de un año de indiferencia, «Rock Around The Clock» finalmente alcanzó el número 1 en las listas de éxitos, convirtiéndose en el primer gran éxito del rock and roll. Bill Haley se convirtió en una figura emblemática del género, aunque pronto sería eclipsado por nuevos talentos como Elvis Presley y Little Richard.
A pesar de los cambios en la escena musical, el legado de Bill Haley and His Comets perdura hasta el día de hoy. Su influencia se puede sentir en la música de artistas de todas las generaciones, y su contribución al género del rock sigue siendo celebrada por millones de fans en todo el mundo.
