El intendente Pablo Grasso viajó rumbo a la Feria Internacional de Turismo en Buenos Aires, donde Río Gallegos será reconocida como ciudad turística emergente. Antes de despegar, Grasso pidió un aplauso para los empleados de Aerolíneas Argentinas, en un gesto de apoyo en medio del debate por la privatización de la empresa estatal.
El presidente Javier Milei tiene previsto firmar un decreto que declarará a Aerolíneas Argentinas sujeta a privatización, según adelantaron medios nacionales. La medida se publicará en el Boletín Oficial la próxima semana y será presentada en el Congreso para su tratamiento legislativo.
Grasso, conocido por su oposición a la privatización, ya había manifestado su rechazo a la suspensión del Corredor Atlántico, una ruta clave para la conectividad de la Patagonia. Recordó que una situación similar ocurrió durante el gobierno de Carlos Menem, cuando la privatización resultó en el vaciamiento de la compañía.
El intendente destacó la importancia de Aerolíneas Argentinas para las economías regionales, señalando que la aerolínea conecta puntos del país con frecuencias que las empresas privadas no estarían dispuestas a cubrir. La eliminación de rutas, como el Corredor Atlántico que unía ciudades clave como Buenos Aires, Mar del Plata, Trelew, Comodoro Rivadavia y Río Gallegos, es un golpe para el turismo y la movilidad en la región.
El vuelo 1.608, que conectaba Bahía Blanca con el sur los lunes, miércoles y viernes, y regresaba los martes, jueves y domingos, era una opción accesible para muchos pasajeros. Sin embargo, Aerolíneas Argentinas justificó la suspensión de la ruta, argumentando que era más eficiente operarla desde Ezeiza que desde Aeroparque. Ahora, la situación se agrava con la amenaza de privatización, lo que genera preocupación entre los trabajadores y los dirigentes regionales, como Grasso y su par de Comodoro Rivadavia, Othar Macharashvili, quienes calificaron la medida como un ataque a la Patagonia.