Los años 20 fueron testigos de un intenso intercambio científico a nivel mundial, con Argentina destacándose como destino para muchos expertos internacionales y como cuna de talento local. En este contexto, la UBA jugó un papel crucial al facilitar becas para el perfeccionamiento en el exterior y al invitar a destacados científicos a contribuir a la transformación académica en curso.
Uno de los momentos más destacados de esta era fue la visita de Albert Einstein, célebre por su Teoría de la Relatividad, a la UBA en 1925. La gestión de esta visita estuvo a cargo del ingeniero Jorge Duclout, quien estableció contacto con Einstein aprovechando su gira mundial para divulgar su teoría.
La estadía de Einstein en Argentina fue intensa, con múltiples conferencias y visitas a centros de investigación. Su presencia no solo atrajo la atención de la comunidad académica, sino también del público en general y los medios de comunicación.
Aunque algunos historiadores cuestionaron el impacto inmediato de la visita de Einstein en la ciencia local, su legado perdura. La UBA, inspirada por la recomendación de Einstein de intensificar los estudios científicos, ha florecido como una institución líder en áreas como la física y las matemáticas, demostrando el impacto duradero de esta histórica visita.